miércoles, 25 de enero de 2012

CONCHA IRISADA, CONCHA DE SANTIAGO

El Nautilus o concha irisada es el emblema de la buena suerte del budismo chino, utilizado como signo de viaje próspero.
Tienen relación simbólica con las aguas como fuente de fertilidad, con la luna y la mujer. De allí el mito del nacimiento de Afrodita de una concha, la perla, diosa de la belleza y de la fertilidad.
En el cristianismo es ofrenda funeraria y simboliza la sepultura de la que renacerá el ser humano. Simbolizó el Santo Sepulcro y la resurrección.
En el camino a Santiago de Compostela existen bebederos con forma de conchas. Esto se atribuye a su relación con el agua pero sobre todo fueron guías para los peregrinos quienes, moviéndose en un mundo hostil y al amparo de monasterios e iglesias, seguían el mapa trazado por puntos de referencia simbólicos, tales como la concha de vierira y la pata de oca.
Se cree que la pata de oca es una estilización de la concha de vieira, moluscuo que se comercializaba exclusivamente en el mercado de Santiago de Compostela. La “concha peregrina” que se entregaba a los peregrinos que llegaban a Santiago simbolizaba la culminación del camino llamado también camino de las ocas (guías diurnas) o camino de las estrellas (guías nocturnas).

2 comentarios:

  1. Al ver estas figuras y otras, que uno puede ver permanentemente en Rosario o en Buenos Aires, viene a mi mente una vieja canción de Almendra:
    Hoy nadie me siente en la cúpula, ¡oh!
    Quién sabe si habrá tan extrañas figuras
    al lado de los aceros.

    Nunca los héroes se levantan.
    Nunca los héroes se levantan.

    Hoy nadie me siente en la cúpula, ¡oh!
    Quién sabe si habrá oídos
    que escuchen a los ángeles.

    Pero hay más que eso. Me pierdo en ellas aún sin saber exáctamente qué significan. Me imagino mirando desde allí arriba. Me imagino una especie de águila que no pierde ningún movimiento y que se alimenta de las almas perdidas que siempre circulan en una ciudad como en estas donde reina el desasosiego.
    Y de almendra entonces paso a Pessoa:
    No soy nada.
    Nunca seré nada.
    No puedo querer ser nada.
    Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

    Ventanas de mi cuarto,
    de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
    (y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
    dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
    a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
    real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
    con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
    con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
    con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

    ....sería bueno pornerla entero, pero no da el espacio...

    Bueno, por hoy es todo...

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    Respuestas
    1. Tus comentarios embellecen este espacio, agradecidos estamos por esto.
      Somos todos un misterio, para el otro y sobre todo para nosotros mismos. Los símbolos que nos unen a la vez que nos anteceden y que nos trascienden son un atisbo de nuestro origen, uno, infinito.
      Gracias!

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