La máscara en sí misma constituye una imagen y su sentido simbólico deriva de lo representado por ella: rostros idealizados o grotescos gesticulantes,
caricaturizados o desfigurados por aditamentos y rematados en follaje.
En el uso de la máscara existe un trasfondo de concepciones mágico-religiosas que intervienen en rituales de conjuros o iniciaciones. Los gestos reproducen la intención de quien lanza el
conjuro y sus atributos (cuernos, follaje, coronas, etc) el poder que representa.
El renacimiento y los estilos que le siguen recurren a la máscara como ornato de claves de arcos de ventanas y puertas simbolizando protección y custodia.
“Todas las transformaciones tienen algo de profundamente misterioso y vergonzoso a la vez puesto que lo equívoco y lo ambiguo se produce en el momento en que algo se modifica lo bastante para ser ya otra cosa, pero aun sigue siendo lo que era.
Por ello la metamorfosis tiene que ocultares: de ahí la máscara”
(Diccionario de símbolos tradicionales. JE Cirlot)
Nuestra ciudad se van despojando de simbología, metáfora y leyenda a medida que avanzan as demoliciones y los abandonos. Este espacio anhela seducir a la mirada curiosa para descubrir los restos que nos quedan de la ciudad simbólica, y a bucear en su sentido. Que cada paseante curioso dibuje su propio mapa y cree sus propias leyendas. Ellos, los símbolos, están aun allí sobre nuestras cabezas con toda su densidad histórica para aportar.
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